lunes, 11 de marzo de 2013

Al pueblo de México:



A las organizaciones defensoras del medio ambiente nacionales e internacionales.
A los movimientos civiles, estudiantiles y organizaciones de trabajadores.


El problema de la autoridad es su credibilidad. El problema de la ley es esta autoridad sin credibilidad. La causa de que el victimario comúnmente se convierta en víctima, es el problema de los dos elementos anteriores. La ley no tiene hoy credibilidad. Primero, porque es violada a diario, segundo por la impunidad con la que se está utilizando por parte de las autoridades y los gobiernos. La ley se ha vuelto un instrumento punitivo para criminalizar y perseguir a líderes de movimientos sociales.

Daño forestal en perjuicio del Estado” es la acusación que se les imputa, en el proceso penal en contra de los defensores del bosque y miembros de la cooperativa El Ocotenco de Zacacuautla, Hidalgo, a Filiberta Nevado y Trinidad Templos. El hecho es que un particular, que es Pedro Canales, es quien esta talando el bosque en complicidad con la autoridad que le otorga los permisos de aprovechamiento, aún y cuando se ha documentado que Pedro Canales ha estado utilizado documentos falsos para acreditar su supuesta propiedad de más de cincuenta hectáreas de bosque, las cuales ha estado devastando desde hace poco más de diez años en la comunidad de Zacacuautla.

Esta situación tendría que ser revisada por el derecho nacional e internacional, pues se están violando los derechos reconocidos de los pueblos a su territorio y sus formas de vida y desarrollo. Sin olvidar que los gobiernos están faltando a su obligación evitar que se afecten los ecosistemas. 

La autoridad está solicitando cárcel o el pago de una fianza de 100,000 pesos por cada uno de los acusados, y con esto evitar su detención y encarcelamiento, una argucia legal más para intimidar y detener a los pueblos en su defensa contra los despojos, devastaciones y daños al medio ambiente que están viviendo constantemente.

Ante eso, organizaciones sociales, estudiantes, académicos, artistas, investigadores y trabajadores de la cultura, repudiamos la criminalización de la que son objeto Filiberta Nevados y Trinidad Templos, defensores del bosque que ha luchado siempre en favor del bien común y que hoy los gobiernos consideran un delito.

El único horizonte de una verdadera justicia, ha de ser evitar la estigmatización criminal de los movimientos sociales y sus dirigentes y autoridades con el objetivo ya conocido de emprender una persecución policial y judicial en contra de estos.


 - No más asesinatos y encarcelamientos en Zacacuautla, Hidalgo.

- No más leyes compradas ni autoridades vendidas.

- Por el respeto y reconocimiento a los plenos derechos de las comunidades sobre sus recursos naturales.

- Por el desistimiento de las ordenes de aprensión en contra de los defensores del bosque Fliliberta Nevados y Trinidad Templos.

- Exigimos al gobierno federal y estatal una investigación de las autoridades que han sido cómplices de Pedro Canales al permitirle y proteger sus acciones criminales en contra del ecosistema.

- Porque se investigue a Pedro Canales por la falsificación de documentos y de más actos delictivos que ha cometido. 



USOS Y COSTUMBRES



Durante la celebración del Carnaval en Zacacuautla, el pasado 2 de febrero del 2013, resalto un estandarte con la leyenda “Vivan las tradiciones, usos y costumbres de Zacacuautla”, el cual era portado a ratos por participantes que bailaban al ritmo de los huapangos y a ratos por miembros de la comunidad que atestiguaba por primera vez la realización del Carnaval, pues la última vez que se llevo a cabo data del año de 1953. 

Resulta especialmente significativa la frase del estandarte debido a que Zacacuautla, enclavada en la región Otomí-Tepehua, es una comunidad con fuertes raíces indígenas pues, aunque las y los abuelos de ahora no lo hablan, recuerdan los mayores que hace muchas generaciones en el pueblo la lengua que se hablaba era el náhuatl, además de que Zacacuautla es la única comunidad de la región que conserva su nombre nahua, a diferencia de la mayoría de las comunidades aledañas que perdieron, total o parcialmente, el nombre originario, tal es el caso de San Pedro o de Santa Ana Tzacuala. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), tiene clasificada a Zacacuautla como parte de las comunidades del Estado de Hidalgo que hablan el náhuatl, en su variante regional del noroeste central. 

Para problematizar sobre la relación entre esta característica de Zacacuautla y la frase del estandarte, resulta muy útil la discusión que Francisco Javier Guerrero da, en Indígenas y campesinos. Siete temas a debate con Arturo Warman (INAH-CONACULTA, 2012), sobre las categorías de indígena y etnia pues, aunque no hablan una lengua indígena, si la población se reconociese como perteneciente a una etnia, en este caso la nahua, entonces son una comunidad indígena.   

Esto traería a debate la aplicación de Los Acuerdos de San Andrés en Zacacuautla, y para el caso específico del monte y el agua el apartado que habla de la Sustentabilidad: Es indispensable y urgente asegurar la perduración de la naturaleza y la cultura en los territorios que ocupan y utilizan de alguna manera los pueblos indígenas, según lo define el artículo 13.2 del Convenio 169 de la OIT.   

Habrá que preguntarle a los compas de Zacacuautla, que elaboraron el estandarte, cómo se asumen y la posible consecuente perspectiva política que devendría de esa postura.